Aunque nos pese, muchos de nosotros acabamos tirando comida a la basura. A veces, podemos excedernos en nuestra lista de la compra y las fechas de algunos alimentos pueden caducar. Deshacernos de ese melocotón demasiado maduro o de esas lonchas de jamón caducadas nos puede parecer poca cosa. El caso es que, al final de la semana, van a parar a la basura 1,3 kilos de alimentos por hogar, es decir, el 4,5% de todos los alimentos que se compran.

Serunion es muy consciente de esta problemática, y para contribuir a resolverla cuenta con los mejores aliados: los alumnos de los comedores en los que ofrece su servicio.

«La comida no se tira», proyecto llevado a cabo en colaboración con diversas ONGs de ámbito religioso y reconocido por el MAPAMA (Ministerio Agricultura y Pesca, Alimentación y Medioambiente), tiene como objetivo concienciar a los niños y niñas sobre la necesidad de preservar el medio ambiente a través del consumo responsable de alimentos. Más de 10.000 alumnos de 50 centros escolares gestionados por Serunion, participan en esta iniciativa obteniendo resultados muy prometedores. El 79,6% de los centros que durante el curso pasado y por segundo año consecutivo participaron en el proyecto, lograron reducir los restos de alimentos en un 16,27% de media.

El despilfarro alimentario es un problema que nos atañe a todos. Tanto en la empresa como en nuestro hogar, debemos tomar consciencia y predicar con el ejemplo, para que nuestros hijos, las futuras generaciones, aprendan e inviertan en el cuidado del medioambiente.